Esta obra colectiva, coordinada por René Torres Ruiz de la Universidad Iberoamericana, nos acerca justamente a una perspectiva interdisciplinaria donde el movimiento permite jugar no sólo con las ópticas teóricas, sino también las disciplinares. Así, la línea conductual del texto subyace en los núcleos problemáticos de la democracia liberal y representativa como forma de gobierno, así como en los sujetos que emergen de las propuestas incumplidas de ella. Ya sean: etnias, jóvenes “indignados”, la primavera árabe, trabajadoras sexuales o el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), todos los movimientos y sujetos comparten la desprotección tanto del Estado como de la democracia, así como la profundización de las lógicas del fundamentalismo del mercado. Como resultado, buscan tomar caminos propios, lo cual permite pensar la democracia como problema, no como solución (p. 13). En este punto radica la importancia del libro, pues más allá de definiciones normativas sobre la democracia, nos enfrentamos a su búsqueda real y concreta por distintos medios que la innovan, la rebasan y, en ocasiones, la niegan para afirmarse a sí mismos.