Introducción1

En México, durante los últimos treinta años, en términos discursivos la pobreza se ha convertido en el aspecto central de la cuestión social. Esto ha obedecido no únicamente a su enorme peso demográfico,2 sino a los dilemas morales y la carga de ilegitimidad política que su mera existencia, y aún más su persistencia, plantea a la sociedad y al Estado mexicanos, incluso según los cálculos oficiales (Valencia, Foust, y Tetreault, 2012a).

La situación en torno a la pobreza fue distinta durante el periodo conocido como industrialización vía la sustitución de las importaciones (ISI). En esa etapa, la política social mexicana, ligada estrechamente con los procesos de crecimiento económico, buscaba contribuir a la incorporación del mayor número posible de trabajadores asalariados a las instituciones de seguridad social (con su creación, a partir de 1943), y se proponía acompañar ese proceso con incrementos a los salarios reales.3

Sin embargo, durante los años setenta, los límites económicos y sociales de este modelo empezaron a manifestarse. Se ralentizó la incorporación de los trabajadores a la seguridad social, y la problemática de la pobreza, sobre todo en el ámbito rural, fue reconocida e incorporada a la agenda de las políticas públicas federales (Ordoñez, 2002; Barba, 2003). A partir de ese momento, la conceptualization de la pobreza se convirtió en un tema estratégico para la legitimación del Estado, no sólo en términos de la agenda política y de las políticas públicas, sino también en términos simbólicos (Barba, 2012; Bayón, 2015a y 2015b).

En el campo académico, la discusión sobre la pobreza adquirió también un lugar muy relevante. Desde la década de 1990, muchos investigadores han analizado este fenómeno, abordado su incidencia4 y persistencia, y formulado recomendaciones y tratado de influir en el diseño, puesta en práctica y evaluación de las políticas para reducir la pobreza5 (Valencia, Foust, y Tetreault, 2012a).

En ese contexto, se ha retomado la perspectiva relacional y constructivista sobre la pobreza,6 que fue iniciada por Georg Simmel con la publicación de su célebre ensayo El pobre, aparecido en la revista Soziologie en 1908 (Simmel, 1977). Simmel subraya que las categorías pobre y pobreza son construidas socialmente para referir a quienes son asistidos a través de programas, política e instituciones sociales. Para la perspectiva constructivista, esas dos categorías desvalorizan ciertas formas de vida e imponen externamente roles, etiquetas y significados a un conjunto de personas concebidas como una capa homogénea de asistidos,7 esto a pesar de que dichas personas experimentan realidades muy heterogéneas8 (Simmel, 1977, pp. 515-518; Ivo, 2008; Paugman, 2007).

El presente artículo se inscribe en esa perspectiva sociológica y busca profundizar en los mecanismos sociales que contribuyen a estigmatizar y desvalorizar a los pobres, pero no se pretende circunscribirlo al ámbito de las ciencias sociales, sino explorar la manera en que la pobreza es analizada, presentada y juzgada en espacios donde circulan de manera masiva representaciones sociales.

Van Dijk (2010) señala que, después de la televisión, el discurso mediático más influyente en términos sociales es el de la prensa, particularmente entre las élites sociales, culturales, económicas y políticas. Por ello, se escogió para el presente trabajo el campo de la producción de noticias y editoriales periodísticos, y se revisará cómo la pobreza y los pobres son representados en un diario mexicano de circulación nacional, El Universal.

En este periódico, en años recientes se han publicado numerosas noticias y editoriales relacionados con la pobreza, cuyos propósitos y destinatarios han sido poco estudiados, pero que se enmarcan en un contexto de violencia simbólica9 contra de los pobres. El objetivo de este trabajo es analizar algunos de estos productos mediáticos, usados para denostar a los pobres,10 aparecidos entre los años 2000 y 2014, que han contribuido a fijar agendas políticas e interpretativas alrededor de esta temática.

Los productos analizados en este trabajo fueron escogidos a través de un muestreo representativo de un corpus extenso, construido especialmente para esta investigación, integrado por 23 764 artículos que abordan el tema de la pobreza durante el periodo analizado. De ese conjunto, se extrajo una muestra de trescientos setenta y nueve artículos a través de un trabajo exhaustivo de revisión de la base de datos sobre el periódico en cuestión.

Los objetivos de este trabajo son dos: 1) identificar los discursos que abordan la pobreza, subrayando aquellos que asumen una visión estigmatizante en el diario ya mencionado, y también enfatizando aquellos que fijan agendas políticas o sociales alrededor de este tema (Lukes, 1976);11 y 2) examinar cómo distintas perspectivas e intereses se articulan alrededor de la construcción discursiva de la pobreza. En este sentido, el trabajo se basa en la perspectiva de Pierre Bourdieu (2001) y considera que en el campo periodístico12 se produce una batalla simbólica, mediada por agentes profesionales,13 cuyo eje en este caso es la definición de la pobreza (Bourdieu, 2001, p. 129).

Se parte de los siguientes supuestos: las noticias, entrevistas y editoriales periodísticas sobre la pobreza, aunque suelen apelar a preocupaciones éticas de carácter universal, expresan ideologías e intereses sociales hegemónicos.14 Con frecuencia, reducen la pobreza a una escala individual o reconocen a los pobres como una categoría social abstracta, utilizada para desvalorizar a distintos conjuntos de personas. En estos productos periodísticos, la pobreza es representada como un problema social que debe resolverse, pero no se distingue la heterogeneidad de los grupos que suelen categorizarse como pobres (Paugman, 2007).

De igual forma, se asume que las prácticas discursivas inscritas en esta clase de productos mediáticos inciden en la construcción social de la pobreza; en las maneras como los pobres son visibilizados, objetivados u ocultados; en el estatus social que se les atribuye; en la naturalización de la que son objeto; o en su presentación como evidencia de alguna anomalía socioeconómica o sociocultural.

El artículo se divide en cinco secciones. La primera es de carácter teórico, y explora la relación entre violencia simbólica y pobreza; la segunda presenta la estrategia metodológica; la tercera explora la relación que existe entre el discurso periodístico y la cuestión social; la cuarta realiza un análisis general de la muestra ya mencionada; y la quinta presenta un análisis a profundidad de tres casos representativos de notas. Finalmente, se señalan las conclusiones.

Cabe señalar que el análisis a profundidad se concentró en tres géneros periodísticos en que se produce una interacción muy clara entre el discurso periodístico y el gubernamental: una colaboración realizada por un exfuncionario público,15 considerado colaborador experto; un reportaje crítico realizado por dos periodistas del diario, que presenta los puntos de vista de algunos beneficiarios de un programa social;16 y una entrevista realizada a una funcionaria pública en funciones17 en relación con la construcción de un nuevo programa social.

Por cuestiones de espacio, se decidió no incluir explícitamente los discursos de organizaciones internacionales porque estos han sido abordados con mayor amplitud en otros trabajos (Barba, 2007b; Barba y Silva, 2018),18 ni los discursos de colaboradores académicos porque ocupan un espacio bastante menor en el corpus analizado. Sin embargo, en la tercer nota señalada (entrevista), se interpela no sólo al Gobierno federal, sino a instituciones financieras internacionales (como el Banco Interamericano de Desarrollo -BID- y el Banco Mundial -BM-) y a académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que participan en la evaluación y en la reingeniería del programa social.

1. La violencia simbólica y la pobreza

En el campo del poder, como señalaba Bourdieu (1997), la objetividad del mundo social se refiere no sólo a la distribu ción y apropiación de recursos materiales, sino a sistemas de clasificación simbólica. Estos son sistemas arbitrarios, frecuentemente bipolares (Tilly, 2000),19 enraizados en la oposición fundamental entre dominantes y dominados, que expresan jerarquías sociales y son matrices de actividades prácticas, pensamientos, sentimientos y juicios realizados por actores sociales, a través de los cuales se produce y reproducen las desigualdades sociales. Dichos sistemas implican una conexión entre las estructuras sociales y cognitivas, y por ello permiten que las distinciones sociales puedan internalizarse (Bourdieu, 1997).

Siguiendo esta perspectiva, Bayón afirma la necesidad de considerar, además de las bases materiales de la pobreza, las dimensiones simbólicas20 y relacionales que contribuyen a producirla, mantenerla y reproducirla (Bayón, 2015a, p. 357). Recordando a Simmel (1977), esta autora señala que la pobreza refiere no sólo a la privación o carencia de satisfactores básicos experimentada a nivel individual, familiar o grupal, sino a la construcción de los pobres como una categoría social que tiende a naturalizar las desigualdades sociales a través de distintos discursos sociales.

Desde este punto de vista teórico, las percepciones sobre la pobreza pueden servir para legitimarla y ser elementos fundamentales en el ejercicio de la violencia simbólica que, como señala Bourdieu (1997), arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales, que se apoyan en expectativas colectivas y en creencias socialmente inculcadas que permiten transformar relaciones de dominación en relaciones afectivas.21 Se trata de una violencia que logra que los dominados acepten como legítima su propia condición de dominación (Bourdieu, 1997, pp. 172-173; Bourdieu y Wacquant, 2005, p. 240).

En el caso que se analiza, esta violencia se refiere a mecanismos y prácticas simbólicas que contribuyen a lograr que quienes son catalogados como pobres lleguen a considerar natural su condición de inferioridad, e inciden en su exclusión en distintos ámbitos sociales.

2. El análisis crítico del discurso y la pobreza

Para revelar dichos mecanismos, se requiere una metodología capaz de descifrar significados construidos discursivamente y, en el caso que nos interesa aquí, inmersos en discursos periodísticos. Esta tarea puede realizarse a través del análisis del discurso, que no sólo considera lo que es denotado literalmente en un texto, sino también los elementos que lo connotan, las piezas que abren y amplían su significado, que van más allá de lo que está estrictamente contenido en él (Barthes, 1995).22

Para cumplir con los objetivos establecidos en este tra bajo, una herramienta fundamental es el análisis crítico del discurso (ACD), porque fue desarrollado para dar cuenta del ejercicio simbólico del poder a través de discursos, a los que considera objetos históricos e interacciones comunicativas que acontecen en situaciones sociales emplazadas en un contexto espacio-temporal particular (Van Dijk, 2010, p. 78; Wodak, 2003, pp. 19-20).23

Como señala Wodak, el carácter crítico de esta metodología alude a una toma de distancia respecto a las prácticas discursivas para enmarcarlas socialmente, y también implica adoptar una postura política frente a ellas porque a través de ellas se ejerce el poder (o se desafía). La autora señala que dichas prácticas pueden estar basadas en ideologías, y por ello suelen adquirir sus características (racismo, sexismo, individualismo) (Van Dijk, 2010, pp. 76-79).

Wodak (2003, pp. 20, 29-30, 32, 34) advierte también que los discursos estabilizan las convenciones, las convierten en algo natural y enmascaran los efectos del poder y de las ideologías en la producción de sentido. De ahí la necesidad de que los analistas desentrañen dichos efectos y los hagan visibles.

Para el ACD, la manera como se construye discursivamente a los otros y a nosotros forma parte de la estructura subyacente que afecta sistemáticamente a los usos del lenguaje dirigidos a reproducir distintos tipos de desigualdad. El ACD encuadra dichas construcciones en lo que Van Dijk (2010) denomina el casillero ideológico (Tabla 1).

Tabla 1 Casillero ideológico
Nosotros Los otros
Enfatizar nuestras cosas buenas Enfatizar sus cosas malas
Disimular nuestras cosas malas Disimular sus cosas buenas

Esta oposición tiene repercusiones en otras prácticas discursivas, como la construcción de identidades (quiénes somos y quiénes son ellos), la valoración de las acciones (lo que hacemos y lo que ellos hacen), las explicitación de metas (lo que buscamos y lo que ellos buscan), la enunciación de normas y valores (lo bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido) y la ponderación de los recursos con los que se cuenta (poder y ausencia de poder) (Van Dijk, 2010, p. 80).

Se pueden aplicar estos principios generales a las estructuras semánticas (sentido y referente) del discurso, que abordan aspectos fundamentales como los que aparecen en la Tabla 2.

Tabla 2 Estructuras semánticas
Estructura
semántica
Papel dentro del discurso
para construir a distintos
tipos de sujetos
Repercusiones discursivas
en la construcción de “ellos”
y de “nosotros”
Temas
negativos
Controlan la coherencia
y la interpretación de
todo discurso
Presentación de ellos como
infractores de nuestras
normas y valores*
Nivel de
descripción de
propiedades o
acciones
Detallada o superficial Descripción detallada
de las propiedades y acciones
negativas de ellos y omisión
o tratamiento superficial de
las nuestras
Presuposiciones Ideas que no se
comprueban o
argumentan
Empleadas negativamente
sobre ellos
Denominación Subrayan diferencias Muestran a ellos como
diferentes a nosotros**
Predicación Atribuyen características
positivas o negativas
Atribuyen características
negativas a ellos y positivas
a nosotros
Modalidad Expresiones modales
que modifican a las
proposiciones: necesidad,
probabilidad, posibilidad
Consideran los aspectos
negativos como algo
inherente a la naturaleza
de ellos y los positivos como
algo inherente a nuestra
naturaleza
Agencia Subrayan
responsabilidades
activas
Resaltan la responsabilidad
activa de ellos en acciones
negativas
  • * Alrededor de temáticas como la pobreza, la desigualdad, la desviación, las amenazas, la inseguridad, la criminalidad.
  • **Como pobres, extranjeros, indígenas, inmigrantes, etc.
  • Fuente: elaboración propia con base en Van Dijk (2010, pp. 80-83).

La importancia de este análisis radica en que las prácticas sociales están fundadas en representaciones simbólicas compartidas que inciden en la actitud hacia minorías o mayorías sociales, frecuentemente desempoderadas y desvalorizadas. La manera como los pobres, las mujeres, los jóvenes o los migrantes son representados por distintos grupos, instituciones y organizaciones sociales repercute, por ejemplo, en la contratación, el ascenso o el despido en el trabajo, el acceso o el rechazo en las instituciones de seguridad social, de salud, de educación, e incluso en la posibilidad o imposibilidad de opinar en un ámbito público (Van Dijk, 2010, p. 84).

En lo que aquí concierne, la reproducción de la pobreza y las desigualdades también está íntimamente ligada con discursos que reproducen ideologías que naturalizan inequidades o estigmatizan categorías sociales. El discurso es decisivo porque atribuye lugares desiguales a distintos grupos sociales, y también porque es a través del texto, el habla o las imágenes como las creencias sobre la pobreza y la desigualdad son transferidas, adquiridas y confirmadas (Van Dijk, 2010, p. 93).

3. El discurso periodístico y la cuestión social

A partir de la perspectiva teórico-metodológica que se ha presentado, se puede considerar a las noticias, los reportajes y los editoriales de los periódicos como vehículos simbólicos organizados a través de la aplicación de códigos profesionales y técnicos que constituyen su primer nivel connotativo, ya que ningún acontecimiento desnudo puede ser publicado en un periódico, sino que antes debe asumir una forma determinada dentro del lenguaje de ese medio (Hall, 2004, p. 231).

El discurso de la prensa escrita constituye una representación de una realidad muy compleja y en constante transformación. Determinar cuáles hechos constituyen una noticia, sobre cuáles conviene hacer reportajes o sobre cuáles hay que escribir editoriales exige una construcción de la realidad social. Estos discursos son producto de dos operaciones básicas: la selección de acontecimientos noticiosos y la estructuración y jerarquización de dicha información (Gutiérrez Vidrio, 2010, pp. 171-172). Estas operaciones están cruzadas por relaciones y luchas de poder y por estructuras ideológicas.24

En la Tabla 3, se muestra una clasificación de los géneros periodísticos, que es de utilidad para realizar un análisis discursivo de los productos culturales que circulan en el medio analizado.

Tabla 3 Los géneros periodísticos
Género Formas del discurso Caracterización
del discurso
Noticias y reportajes Informativo Predominantemente
narrativo y descriptivo
Crónica, entrevista
y reportaje
en profundidad
Interpretativo Explicativo
Artículo: editorial,
columna, crítica
Opinión Argumentativo

Como señala Gutiérrez Cham (2003), el discurso periodístico es polifónico, y en él la voz de los actores sociales se incorpora a través de procedimientos directos o indirectos: se puede reproducir literalmente mediante citas textuales o mediante paráfrasis, pero eso no implica transparencia u objetividad porque los discursos originales se seleccionan o fragmentan en función de los intereses de quien escribe. Unas citas se introducen como citas de autoridad, mientras que otras se trivializan (Gutiérrez Cham, 2003, pp. 17-19).

Los mensajes periodísticos también están inscritos en estructuras ideológicas y políticas; eso constituye su segundo nivel connotativo: el de las relaciones sociales insertas en el proceso comunicativo (Hall, 2004, p. 218). Las piezas discursivas que se analizan aquí, todas ellas relacionadas con el tema de la pobreza, forman parte también de una órbita discursiva mayor de carácter político y académico, denominada la cuestión social.25

En el léxico de las políticas públicas, la cuestión social se refiere al espacio simbólico donde se articulan discursos, imaginarios sociales y conceptualizaciones teóricas y técnicas que definen y justifican las acciones sociales del Estado y de actores colectivos alrededor de asuntos como la pobreza, el desempleo, la desigualdad, la exclusión social o la desafiliación (Barba, 2010).

En ese sentido, en México durante los últimos veinte años, la conceptualización de la pobreza ha tendido a encerrarse en el debate entre universalismo y focalización, que ha rebasado ampliamente el campo científico e ingresado al periodístico.26 En la órbita de la cuestión social, universalismo y focalización han sido dos posturas conceptuales fuertes y contrapuestas.27 La Tabla 4 nos muestra las características de estos dos paradigmas.

Tabla 4 Comparación entre universalismo y focalización
Paradigmas
Universalismo Focalización
Surgimiento Después de la Segunda
Guerra Mundial
Leyes de pobres inglesas
de los siglos XVI y XVII
Apogeo - Dominante desde su
surgimiento hasta las crisis
económicas de los años 1970-
1980
- Resurgimiento a partir de
la primera década del siglo
XXI
-Dominante a partir de
los años ochenta hasta la
actualidad
-Sujeta a fuertes críticas
desde los años noventa
Ideas
centrales
- Acceso a los servicios
sociales garantizado por
el Estado para todos los
ciudadanos, sin distinción
de clase o posición en el
mercado
- Estos servicios deben
responder a los principios
democráticos de igualdad de
derechos y de estatus
- Ofrecen los mismos
estándares de calidad para
todos y cada uno de los
ciudadanos
- Se fundan en una
solidaridad interclasista e
impuestos e instituciones
públicas universales
- Límites fiscales y
puestales muy
rigurosos para las
políticas sociales
- La tarea fundamental
del Estado es ofrecer
beneficios básicos y
temporales a los más
pobres únicamente cuando
estos son incapaces de
satisfacer sus necesidades
básicas a través de su
propia iniciativa en el
mercado o con el apoyo
familiar
- Trasferencias mínimas
de ingresos y servicios
Enfoque
fundamental
Derechos sociales: construir
un derecho democrático a
un nivel de vida aceptable
garantizado para cada
individuo
Asistencialismo: apoyar
a los menesterosos
que demuestran sus
necesidades, pero sin
generar dependencias o
derechos sociales
Instrumentos
centrales
La seguridad social La prueba de medios y las
condicionalidades
Relación con
el mercado
Desmercantilización del
bienestar social
La asistencia no debe
distorsionar o alterar
el funcionamiento del
mercado
Construcción
simbólica de
la pobreza
Considerar la pobreza como
un efecto sistémico negativo
del funcionamiento del
mercado
- Atribuir la pobreza a
deficiencias personales de
diversa índole
- Transferir recursos a
los más pobres sólo bajo
normas estrictas y con
beneficios modestos (pues
se juzga que cuando estos
son excesivos reducen la
motivación para trabajar)
Efectos
simbólicos
en la
construcción
de los pobres
- Eliminar la pobreza
- Abandonar la categoría
pobres y tratar a todos los
individuos como ciudadanos
- Incluir en el marco de
los derechos sociales a los
sectores de la población que
son excluidos por cuestiones
culturales o económicas
- Garantizar a cada
ciudadano una dotación
suficiente de recursos para
que pueda vivir una vida
autónoma y digna
- Denominar a los
asistidos como pobres
- Estigmatizarlos
- Inducir en ellos un
sentimiento de culpa
personal y de fracaso
- Criminalizarlos
denominándolos malos
pobres: criminales,
mendigos y vagabundos
- Asistir sólo a
quienes demuestren
ser verdaderamente
necesitados y
dependientes
- Dotar a los más pobres
de recursos mínimos,
fundamentalmente de
capital humano, para
incluirlos en el mercado

Esta tabla muestra claramente que el universalismo se distingue por impulsar la edificación de sistemas unificados de protección social que buscan desmercantilizar el bienestar social, es decir, ofrecer servicios sociales concebidos como derechos que aseguran a cada ciudadano (incluidos los pobres) su sustento y protección, sin depender del mercado.28 Por su parte, la premisa fundamental de la focalización es muy distinta: hay dos canales sociales legítimos a través de los cuales las necesidades del individuo deben ser satisfechas: el mercado privado y la familia, y sólo cuando estos fallan se justifica la intervención temporal del Estado para hacer frente a sus fallas.

La Tabla 4 muestra también la tensión simbólica existente entre universalismo y focalización, que juega un papel crucial en la construcción social de la pobreza y de los pobres. En la orilla universalista, la idea central es construir un derecho democrático a un nivel de vida aceptable garantizado a todos los individuos/ciudadanos29 para dotarlos de autonomía y dignidad. El objetivo es generar una sociedad más equitativa, apelando a la solidaridad entre distintas clases sociales y rechazando enfáticamente ofrecer servicios de menor calidad a quienes son pobres. Para este paradigma, es crucial la inclusión en el marco de los derechos sociales de los sectores de la población que son excluidos por cuestiones culturales o económicas.

En el borde opuesto, la focalización hunde sus raíces en las leyes de pobres del periodo isabelino inglés (siglos XVI y XVII) y, como señala Esping-Andersen (1990), tiende a culpabilizar a los pobres de su situación y a juzgarlos intrínsecamente como individuos inclinados a la pereza, lo que sirve de justificación para que el Estado les ofrezca beneficios modestos para evitar reducir su motivación para trabajar. Titmuss (2007) resalta que la focalización es el instrumento más efectivo para inducir entre los beneficiarios un sentimiento de culpa personal y de fracaso.30

En este contexto, la cuestión social se muestra como una estructura ideológica relevante que subyace en los discursos periodísticos que se analizan a continuación utilizando el corpus empírico ya descrito; particularmente, se observa la manera en que los discursos construyen a los otros y a nosotros alrededor de la pobreza.

4. Los principales tipos de discursos sobre la pobreza en El Universal

Primero, se analizan los principales tipos de discursos presentes en el diario mexicano El Universal durante el periodo 2000-2014. Para ello, en la Tabla 5 se presentan los géneros periodísticos predominantes, los contenidos, las perspectivas, las visiones sobre la pobreza y los pobres, las temáticas abordadas y las voces principales encontrados en la muestra de trescientos setenta y nueve artículos seleccionados.

Tabla 5 Tipos de discursos sobre la pobreza en “El Universal” (2000-2014)
Tipo de discurso Géneros
periodísticos
predominantes
Contenido Perspectiva Visión sobre la
pobreza y los pobres
Temáticas
abordadas
Voces
principales
Periodístico -Reportajes de
investigación
- Crónica
- Notas
informativas
- Entrevistas
- Artículos de
opinión
Desarrollo
detallado de la
temática, con
la inclusión
directa o
indirecta de
voces de los
actores
Moderadamente
crítica. Incluye
denuncia de
acontecimientos
particulares,
pero no críticas
severas a
las políticas
gubernamentales
- Los pobres son
presentados
como indígenas y
campesinos víctimas
de abuso social
- La criminalidad
es atribuida como
una propiedad
cuasi natural de los
pobres
Asociación
entre pobreza
y delincuencia
organizada:
narcotráfico, tala
ilegal de bosques
y violencia
Periodistas y
colaboradores
expertos
Gubernamental - Entrevistas
- Comunicados
de prensa
Presentación
de programas
sociales y
acciones
públicas
Visión oficial de
institucional
La pobreza legitima
la creación de
programas sociales,
políticas y decisiones
presupuestales
Pobreza
relacionada con
el mundo rural e
indígena
Presidentes de
la república y
funcionarios de
instituciones
públicas
Académico - Reportajes
- Entrevistas
- Artículos de
opinión
Reporte
indirecto
resultado de
investigaciones
Crítica, marca
temáticas poco
abordadas por
los medios y las
políticas
Los pobres no
encuentran otra
salida que el crimen
organizado
Asistencialismo,
clientelismo,
política social
ineficiente
Investigadores y
expertos
Organizacional - Entrevistas
- Comunicados
de prensa
Difusión
de datos
relacionados
con informes
Organizaciones
internacionales
- Organizaciones
no
gubernamentales
- Sindicatos
Los pobres son
vulnerables,
especialmente los
niños y las mujeres
Recomendaciones d
e acción pública
y valoración
de programas
sociales
Funcionarios de
organizaciones
internacionales
y representantes
de la sociedad
civil
Partidista - Notas breves
- Comunicados
de prensa
- Entrevistas
Promesas de
campaña
Moral y política La pobreza es
producto de
errores de políticas
públicas o reformas
impulsadas por
otros partidos
Promesas de
campaña
Líderes y
políticos
partidistas
  • Fuente: elaboración propia con base en la muestra representativa de entre el universo de 23 764 artículos que abordan el tema de la pobreza y que fueron publicados en el periódico El Universal entre 2000 y 2014.

La Tabla 5 inicia presentando los principales tipos de discursos en el ámbito que aquí interesa: el periodístico, el gubernamental, el académico, el organizacional y el partidista. Entre todos ellos, sobresale el primero, que acumuló aproximadamente el 60% de las notas y reportajes dedicados a la pobreza.

El discurso periodístico, utilizado por periodistas, colaboradores y expertos, es moderadamente crítico, pero no suele relacionar los acontecimientos negativos que denuncia con errores, omisiones, negligencia o ineficacia de políticas o actores gubernamentales. En las descripciones densas31 que se realizan en este marco discursivo, aparecen de manera directa o indirecta las voces de los actores implicados en la temática. Es notable su olvido de la dimensión urbana de la pobreza y el énfasis en dos grupos sociales: los campesinos y los indígenas, quienes son vistos, a un tiempo, como víctimas de abuso social y como amenaza para la cohesión social, ya que se les vincula (sin mostrar evidencias generalizables) con la delincuencia organizada. Este discurso tiende a criminalizar a los pobres y puede ser utilizado para justificar que las políticas de seguridad pública son más adecuadas que las políticas sociales para afrontar los problemas relacionados con la pobreza.

El discurso gubernamental, utilizado por funcionarios o exfuncionarios públicos, suele ser fundamentalmente retórico32 y se introduce en el contexto periodístico a través de entrevistas y comunicados de prensa. Acostumbra realizar propaganda política encaminada a legitimar programas sociales y decisiones en materia presupuestal. También reduce la problemática de la pobreza al mundo rural, campesino e indígena.

El discurso académico (entrevistas, artículos de opinión y reportajes), utilizado por investigadores y expertos, es mucho más crítico que el periodístico. Aborda temáticas poco consideradas en los medios periodísticos, como el asistencialismo, el clientelismo o la corrupción en el campo de las políticas dirigidas a abatir la pobreza. También en él, es patente la tendencia a señalar que la pobreza, desatendida por los Gobiernos, suele conducir a los pobres al círculo del crimen organizado.

El discurso organizacional (entrevistas y comunicados de prensa) de funcionarios internacionales y representantes de la sociedad civil difunde datos e informes, formula recomendaciones de acción pública, encomia programas sociales y alerta sobre la situación de vulnerabilidad de algunos grupos sociales en la pobreza, como los niños o las mujeres. Este discurso tiende a ser técnico, a referirse a situaciones globales y a apelar a Gobiernos y actores sociales; en él, los pobres tampoco tienen voz propia: aparecen como pasivos y vulnerables, y pueden ser contabilizados, analizados y protegidos, pero no considerados actores.

El discurso partidista, utilizado por líderes y políticos de partidos, es fundamentalmente retórico y fluctúa entre el rechazo moral, la tentativa de denostar a los adversarios políticos y la apología de los compromisos asumidos en el combate a la pobreza. Suele cristalizar en promesas de campaña vagas e intercambiables. En este caso, la pobreza es utilizada como un botín político para obtener votos.

Por lo que corresponde al contenido de los discursos, se constata que registró algunas variaciones a lo largo del periodo bajo estudio, tanto como múltiples fueron las voces incluidas en este diario. Diversos géneros periodísticos fueron utilizados para que periodistas, expertos, funcionarios públicos nacionales e internacionales, investigadores, representantes de la sociedad civil y líderes partidistas pudieran hablar con mayor o menor profundidad sobre la pobreza para presentar, ensalzar y algunas veces -las menos- criticar programas sociales y acciones públicas, todo ello con el fin de dar selectivamente la voz a diversos actores y difundir datos y recomendaciones generados en distintos informes -y también promesas electorales-.

La tendencia predominante fluctuó entre una visión oficial y perspectivas moderadamente críticas. Las críticas abiertas al desempeño gubernamental en este campo fueron la excepción.33 A contrapunto de las versiones oficiales, partidistas e institucionales, sólo aparecen la denuncia de situaciones extremas y la voz de algunos académicos y expertos, que son relativamente marginales en el contexto de este diario.

En términos generales, este diario ha tendido a circunscribir el tema de la pobreza al ámbito rural y a considerar que los pobres sólo son campesinos e indígenas. Esto significa que para el diario, el nosotros incluye ideológicamente a la población urbana -predominantemente sus lectores en la Ciudad de México-, mientras el ellos se refiere a personas lejanas, sin una identidad precisa, que habitan en un mundo contrapuesto al urbano.

Ellos, los pobres, son concebidos como pasivos, vulnerables, como grupos homogéneos que pueden ser objetivados34 y utilizados políticamente, que carecen de agencia para enfrentar sus propios problemas, que no tienen voz propia y son víctimas de la violencia y el funcionamiento de la economía. Sin embargo, paradójicamente, a los pobres se les atribuye una agencia negativa, amenazadora para el nosotros en la medida en que pueden ser activados por el crimen organizado.

En el ámbito de las agendas políticas y sociales, destacan tres tendencias: 1) situar en el centro la vinculación entre pobreza e inseguridad pública;35 2) confinar el tema de la pobreza al medio rural e indígena; y 3) representar a los pobres como pasivos para justificar los programas orientados a esos ámbitos, permitir la manipulación política y simbólica de los pobres y utilizar a la pobreza y a los pobres como botín político que pueda servir para legitimar decisiones públicas y programas sociales o para conseguir votos en contiendas electorales.

5. Análisis a profundidad de tres casos representativos

Para profundizar en los hallazgos obtenidos tras el análisis general del corpus, se procede en este apartado a abordar críticamente tres casos de notas de El Universal que son representativos de las tendencias ya mencionadas. Primero, se revisa una colaboración realizada por un exfuncionario público, considerado por el diario como colaborador experto, el Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León, quien fuera presidente de México entre 1994 y 2000 y miembro prominente del Partido Revolicionario Institucional (PRI) que estuvo en el poder federal hasta 2018.

Segundo, se analiza un reportaje crítico hecho por periodistas del diario que presenta los puntos de vista seleccionados de miembros del hogar número cuatro millones apoyado por el programa Oportunidades (la familia del Sr. Jorge Copea), y que mezcla el discurso de los periodistas y una selección de las voces de actores. El reportaje se titula Quiebra el changarro de la "familia cuatro millones".

Tercero, se revisa una entrevista colectiva realizada por analistas del diario a la entonces secretaria de Desarrollo Social del Gobierno de Enrique Peña Nieto, Rosario Robles Berlanga, centrado en la nueva política frente a la pobreza. Dicha colaboración se titula Oportunidades, en fase de rediseño: Rosario Robles, y permite posicionar la mirada en las maneras de legitimar los cambios o adecuaciones de las políticas públicas frente a la pobreza.

5.1 Caso 1. Un artículo de opinión escrito por un experto y publicado en 2002

El título del artículo-caso es Interdependencia, clave para la seguridad global. Fue publicado el 13 de marzo de 2002 en la primera plana del periódico, lo que muestra la importancia que se le confirió en el momento de su publicación. Su autor, como se dijo antes, es Ernesto Zedillo, quien para ese momento ya era expresidente y contaba con un gran reconocimiento académico internacional pues fungía -en ese entonces- como profesor visitante de la Kennedy School of Government (Harvard University).

Como contexto discursivo, el texto fue escrito en torno a la ayuda internacional para combatir la pobreza, pero la temática particular fue la justificación de la ayuda de los países ricos para combatir la pobreza en los países pobres, en un escenario de creciente inseguridad internacional.

Si cada nación pobre tiene la responsabilidad primaria de lograr su propio desarrollo, los países ricos deben ayudarlas a combatir la pobreza, no como un acto de compasión sino como parte de una estrategia para alcanzar un mundo más seguro. (Zedillo, 2002)

El eje de dicha justificación es la vinculación entre el tema de la pobreza y el de la inseguridad pública, así como la consideración de esta última como un reto global que requiere ir "más allá de las necesarias acciones punitivas" (Zedillo, 2002). La tesis central del artículo es que la pobreza es un factor que potencia la inseguridad. En este marco, es posible responder las siguientes preguntas: ¿a quién se dirige el discurso? ¿Quiénes corresponden a la noción de nosotros? ¿Quiénes son ellos? Y ¿cuál es la estructura semántica del artículo?

La Tabla 6 muestra cómo se construyen ideológicamente las nociones nosotros y ellos en el texto del artículo.

Tabla 6 Casillero ideológico del artículo "Interdependencia, clave para la seguridad global"
Nosotros Ustedes Ellos
Nuevo nosotros
Los que combatimos la
pobreza en los países
pobres
Quienes son
amenazados por los
pobres en los países
ricos
Los pobres, que son
una amenaza para
unos y otros, lo que los
hermana

La noción ustedes que el artículo maneja corresponde a los países ricos; la noción nosotros corresponde a quienes dentro de los países pobres combaten la pobreza, y en consecuencia no son pobres; mientras la noción ellos corresponde a los pobres, de quienes se habla en términos negativos como una amenaza para unos y otros. El discurso tiende a integrar al nosotros original y al ustedes en un nuevo nosotros, ya que ambos comparten los mismos intereses defensivos.

La Tabla 7 presenta las estructuras semánticas, y mantiene la separación entre pobres y no pobres.

Tabla 7 Estructuras semánticas del artículo "Interdependencia, clave para la seguridad global"
Estructura
semántica
Los pobres (ellos) Los no pobres (nosotros)
Temas negativos
y positivos
La pobreza y los pobres
amenazan a quienes no son
pobres en México y en los
países ricos. El nosotros los
engloba a ambos porque
ambos pueden ser afectados
por ellos
El nosotros se refuerza
al señalar que cada
nación en desarrollo es
responsable de lograr su
propio desarrollo, y que
los países ricos tienen la
responsabilidad de ayudar
a aliviar la pobreza en
otras partes del mundo
Nivel de
descripción
Los pobres son presentados
de manera muy detallada
como potencialmente nocivos
Los no pobres aparecen
como aliados en los
procesos de desarrollo
económico y de cooperación
internacional
Presuposiciones Se enumera una serie de
suposiciones negativas
sobre los pobres, pero no se
comprueban o argumentan
- Se presupone que los no
pobres actúan con una
racionalidad moderna, con
arreglo a fines: desarrollo/
autoprotección/alcanzar
un mundo más seguro
- Paradójicamente, se
reconoce que los países ricos
son proteccionistas y que
esto tiene consecuencias
negativas para algunos
seres humanos. ¿Quiénes?
Implícitamente los pobres
Denominación Una diferencia implícita
entre los pobres y quienes no
lo son -en los países pobres
y los países ricos- es que los
primeros son potencialmente
dañinos para los segundos,
pero nada se señala en un
sentido inverso
Los no pobres son
presentados como personas
modernas, racionales, con
formas de vida valiosas
Predicación A los pobres se les atribuyen
características claramente
negativas, entre ellas, que
son ignorantes, que están
desesperados y enojados,
y que son potenciales
migrantes, contaminadores,
portadores de enfermedades
contagiosas, criminales,
fanáticos e instrumentos de
acciones terroristas
Se considera que son
racionales y actúan
de manera racional y
estratégica, egoísta, y esto
es considerado positivo
Modalidad La modalidad fundamental
en términos semánticos es
la posibilidad, el riesgo de
que los pobres se conviertan
en agentes nocivos para
nosotros y ustedes
La modalidad fundamental
en términos semánticos
es la necesidad de que
quienes son racionales
actúen a favor de sus
propios intereses
Agencia Se subraya el riesgo de que
los pobres se conviertan en
agentes negativos, quienes
por acción u omisión son
portadores de todos los
aspectos negativos ya
enumerados, y quienes
debido a su condición
migratoria podrían
transmitir, ensuciar y atacar
al mundo tanto en los países
desarrollados como en los
que no lo son
Son presentados como
agentes que actúan a favor
de sus propios intereses
y de la colectividad de
no pobres; a favor del
desarrollo económico,
la autoprotección y la
seguridad mundial

El tema que da coherencia y sirve de eje interpretativo a este discurso es la amenaza que representan pretendidamente la pobreza y los pobres para el resto de la sociedad en los países pobres y ricos.36 Sobre los pobres se habla mucho y mal; sobre quienes no los son se habla relativamente poco y se asume intrínsecamente que sus valores y formas de vida son buenos y racionales.

Las presuposiciones negativas sobre los pobres no están fundadas en ninguna clase de evidencia empírica ("No estoy afirmando que exista una relación directa de causa y efecto entre la pobreza y la decisión de cometer actos criminales" -Zedillo, 2002-), pero el autor deja entrever que los pobres son manipulables por los responsables intelectuales de actos criminales, quienes los utilizan como autores materiales de los mismos y como objetos susceptibles de ser fanatizados ("[…] los fanáticos que son utilizados por esos responsables intelectuales para perpetrar sus crímenes tienen menos posibilidades de estar disponibles en un mundo menos polarizado y con menos conflictos" -Zedillo, 2002-).

No se evalúa el papel de quienes no son pobres en los procesos negativos que se atribuyen a los pobres,37 pues se asume que los no pobres son básicamente racionales y actúan de manera estratégica para defender sus intereses, que en lo fundamental son buenos para todos. Se presupone que los pobres no son agentes sociales, y que cuando llegan a serlo optan por valores irracionales, destructivos e imprudentes (Tabla 7).

Por lo que corresponde a la ubicación de este texto en el ámbito de la cuestión social, se puede señalar que durante el periodo presidencial de Ernesto Zedillo se profundizaron los esfuerzos de apertura comercial de la economía mexicana. Una de las mayores contribuciones del Gobierno de Zedillo fue la creación del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), concebido como un programa de transferencias monetarias condicionadas, rigurosamente focalizado (Barba, 2003), y que tuvo repercusiones internacionales como modelo de acción focalizada frente a la pobreza (Valencia, 2008; Barba y Valencia, 2016).

En términos económicos, el Gobierno de Zedillo se caracterizó por ser muy riguroso en el control macroeconómico y por realizar reformas tendientes a liberalizar la economía38 y el sistema de seguridad social del sector privado (centrado en el Instituto Mexicano del Seguro Social -IMSS-).39

Estos antecedentes ubican claramente al expresidente Zedillo como un convencido de los procesos de liberalización de la economía y de la focalización de la política social. Sin embargo, el texto que se acaba de analizar es muy relevante porque marca discursivamente el tránsito hacia una etapa donde la gestión de la pobreza se vinculó de manera explícita con el combate al crimen organizado, etapa que se definió durante los dos siguientes sexenios y que tuvo su apogeo durante el del presidente Felipe Calderón Hinojosa (20062012), distinguido por un agudo proceso de criminalización de la pobreza.

La visión sobre los pobres expuesta por Zedillo en su artículo de 2002 se inscribe claramente en el paradigma residual, que tiende a atribuir la pobreza a deficiencias personales de diversa índole, que respeta el funcionamiento del mercado como un elemento central de la racionalidad moderna, que tiende a estigmatizar a los pobres y a inducir en ellos un sentimiento de culpa y fracaso, y que se basa en una desconfianza sobre la racionalidad y los valores de los pobres (Tabla 4).

5.2 Caso 2. Un reportaje escrito por periodistas de El Universal, con una selección de voces de participantes del programa Oportunidades, publicado en 2003 por Fidel Samaniego y Guillermina Guillén

El artículo Quiebra el changarro de la "familia cuatro millones" fue publicado el 19 de agosto de 2003, durante la campaña del Gobierno del entonces presidente Vicente Fox para ampliar el programa Oportunidades.40 Un año antes, el presidente Fox, junto con su esposa y funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social, había visitado a la familia Copea, en la localidad semiurbana Huixmi (municipio de Pachuca, Hidalgo), que había obtenido el registro número cuatro millones en el padrón del programa.

Fox desayunó con esa familia e invitó a Jorge Copca y su esposa al informe presidencial del 1° de septiembre de 2002, concretamente al palco de honor de la Cámara de Diputados. Prácticamente un año después, los periodistas de El Universal Fidel Samaniego y Guillermina Guillén entrevistaron a miembros de esa familia y prepararon un reportaje. La visita presidencial generó rumores en la localidad de Huixmi acerca de que los Copca habían recibido cuatro millones de pesos del presidente; como resultado de ese rumor, los Copca incluso temieron ser secuestrados. En esta nota periodística, los autores citan textualmente diversas partes de la entrevista a la familia, lo que ofrece la oportunidad de encontrar la voz de actores pobres participantes en Oportunidades (Tabla 8).

Tabla 8 Un casillero ideológico especular a partir de la nota 41 "Quiebra el changarro de la 'familia cuatro millones"'
Nosotros (nuclear) Nosotros (extenso) Ellos
Nuevo nosotros
Familia Copca, de la
localidad Huixmi (municipio
de Pachuca, Hidalgo),
participante número cuatro
millones en el programa
Oportunidades, que recibió
la visita del presidente
Vicente Fox, y que fue
invitada especial a la Ciudad
de México al informe
presidencial
- Los vecinos
de la localidad
Huixmi
- Los pobres en
general
El presidente Vicente
Fox, su esposa Martha
Sahagún, la secretaria
de Desarrollo Social,
Josefina Vázquez Mota
(y otros funcionarios
de la secretaría), y el
gobernador del estado

Como lo muestra la Tabla 8, el nosotros de esta entrevista son los miembros de la familia Copca y algunos vecinos también entrevistados, quienes simbólicamente pueden ser incorporados en el análisis como voceros de un nosotros más amplio: los pobres. Por otra parte, el ellos, los otros incorporados a la nota, son los altos funcionarios públicos ya mencionados (Tabla 8). La nota ofrece una oportunidad notable de articular voces de estas familias pobres y acceder a su manera de elaborar la imagen de los funcionarios públicos involucrados.

La Tabla 9 presenta las estructuras semánticas contenidas en la entrevista que expresan una distancia muy grande entre los pobres que reciben (buscan y pueden recibir) y los importantes (altos funcionarios) que dan o pueden dar.

Tabla 9 Estructuras semánticas del artículo "Quiebra el changarro de la 'familia cuatro millones"'
Estructura
semántica
Los pobres (nosotros) Los no pobres (ellos)
Temas negativos
y positivos
- Los principales entrevistados
se autoidentifican como
pobres, que dicen de sí mismos
estar “rozándonos con los
importantes”
- Aparecen otros pobres,
mujeres de la localidad
de Huixmi, como quienes
“mintieron cuando se levantó
el padrón [de Oportunidades]
[…]. Dijeron que no tenían
refrigerador, ni lavadora […]”
El adjetivo importantes,
adjudicado por los
entrevistados a los
altos funcionarios que
los visitaron, tiene
un sentido crítico de
distancia: son quienes no
contestan las llamadas
telefónicas ni reciben a
los pobres
Nivel de
descripción
- Los pobres son presentados
como buscadores de ayuda y
como objeto de promesas y de
regalos
- Se genera el rumor de que los
miembros de la familia Copca
reciben cuatro millones de
pesos del presidente
- El presidente es
presentado como quien
ofrece amistad a los
pobres, que utiliza
gentileza y deferencia y
usa frases como “en Los
Pinos está tu casa”
- Los altos funcionarios,
a quienes solicitan ayuda
los pobres, son descritos
como prometedores que
cumplen parcialmente,
que frente al presidente
“se portan de una
manera y luego ya ni
hacen caso”
Presuposiciones - Los pobres entrevistados
buscan a los funcionarios
públicos para recibir apoyos
, pero dudan de la eficiencia de
los mismos
- Los pobres entrevistados
plantean una diferencia entre
la actitud del presidente (“dijo
que es mi amigo”) y la de los
otros funcionarios, que no
cumplen. En este sentido, se
salva la figura presidencial
- Se refleja la idea de que
algunos pobres mienten para
poder ingresar al programa
Oportunidadees, lo que genera
una sospecha moral sobre la
conducta de todos los pobres
De acuerdo con los
entrevistados (y con los
entrevistadores), los
funcionarios aparecen
como quienes suponen
que los apoyos son para
que os pobres dejen de
serlo
Denominación Los pobres reciben en su
casa a los altos funcionarios
y les invitan el desayuno
con platillos populares (“la
barbacoa, la pancita y el
consomé”
La familia Copca
presenta a los altos
funcionarios visitantes
como sus invitantes a un
espectáculo en el informe
presidencial: “la señora
Marta risa y risa con
nosotros, y don Vicente
que nos saluda desde
allá arriba”
Predicación - Las características que los
pobres se autoatribuyen se
ligan a sus tribulaciones
económicas: se mencionan
preocupaciones por las
condiciones de un microcrédito
recibido (20 000.00 pesos),
necesidad de deshacerse de
activos (venta de dos vacas)
y pérdida de beneficios de
Oportunidades (suspensión por
reprobación)
- También se atribuyen
características claramente
negativas a los pobres: algunas
mujeres mentirosas, vecinos
envidiosos de la familia Copca
La principal
característica de los altos
funcionarios, implícita
en el reportaje, es que
crean un espectáculo
con la familia cuatro
millones y después
prácticamente la
abandonan
Modalidad La modalidad fundamental en
términos semánticos es la de
demandantes de apoyos para
intentar salir de la pobreza
La modalidad
fundamental en términos
semánticos es la débil
probabilidad de que los
funcionarios cumplan
sus promesas. Cuando
las cumplen, lo hacen de
manera incompleta (sólo
la concesión de un taxi
, pero sin crédito para
obtener un automóvil,
y un microcrédito para
una fracasada tienda o
changarro)
Agencia La agencia de los pobres se
centra en solicitar (ayuda,
apoyos), en generar actividades
económicas (tienda y servicio
de taxi) y en algunos casos en
maniobrar (dar información
falsa) para incorporarse a
Oportunidades
La agencia de los
funcionarios se centra en
prometer generar apoyos
a los pobres y acercarse
a la familia cuatro
millones del programa
Oportunidades

Respecto a la ubicación de este texto en el ámbito de la cuestión social, se aprecia que los entrevistadores ofrecen la posibilidad de hacer oír la voz de pobres incorporados a Oportunidades, como un ejemplo de información emergente. Paradójicamente, los pobres entrevistados, aunque críticos del escenario o espectáculo creado por el Gobierno de Fox para celebrar la cobertura del programa hasta cuatro millones, interiorizan el paradigma de la focalización como buscadores legítimos de apoyo (implícitamente como merecedores del mismo), lo que revela claramente el ejercicio de violencia simbólica que ese programa ejerce sobre ellos (Tabla 4).

Ni los entrevistadores, con sus preguntas (implícitas en el texto), ni los entrevistados pobres articulan en ningún momento en la nota la visión de derecho social a un nivel de vida aceptable. La agencia que más se destaca en el texto, de diversas maneras, es la de los pobres buscadores de ayuda, de apoyos, y no de exigentes de un derecho. Incluso, esta agencia puede llevar a algunos pobres a mentir y a buscar ilegítimamente la incorporación a un subsidio gubernamental, por lo que nuevamente en este último caso los pobres son estigmatizados.

Más allá de la pretensión oficial de que Oportunidades realiza una focalización eficiente y ajena a la posibilidad de la utilización política, la entrevista revela que la práctica gubernamental manipula a los beneficiarios de este programa y los usa como parte de un espectáculo político centrado en la figura presidencial. Los entrevistados, por una parte, se plantean como felices en el escenario creado y, por otra, cuestionan los resultados del mismo: en el espectáculo juegan un papel relevante las promesas y el supuesto acercamiento/amistad entre pobres e importantes (funcionarios), pero con el transcurso del año los entrevistados caen en la cuenta de que el escenario cambió: recibieron promesas, tarjetas de presentación, fotos e invitaciones a eventos públicos, pero ellos continúan con sus tribulaciones económicas.

El ámbito de la vida cotidiana (necesidades y preocupaciones de la pobreza) es diferente al escenario político. Sin embargo, a pesar de la crítica, la figura presidencial puede salvarse relativamente y el paradigma del pobre necesitado de apoyo no es cuestionado, e incluso es fortalecido simbólicamente en la misma crítica de la familia Copca.

5.3 Caso 3. Una entrevista colectiva de analistas de El Universal a la secretaria de Desarrollo Social, publicada en 2013

La entrevista titulada Oportunidades, en fase de rediseño: Rosario Robles fue publicada el 25 de marzo de 2013, a menos de cuatro meses del inicio del periodo de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en un contexto marcado por la revaloración de los programas sociales ya existentes y por el incremento de la pobreza.42

La cobertura de Oportunidades creció en los Gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón, hasta superar cinco millones de hogares a fines de 2012. Por ello, aunque este programa no fue diseñado para reducir la pobreza en el corto plazo, las autoridades esperaban una reducción importante, e incluso durante el sexenio de Fox se manejó públicamente la idea de que había contribuido significativamente a la reducción de la problemática. Sin embargo, de manera oficial, durante el Gobierno de Calderón la pobreza repuntó.

Por ello, en 2013 el Gobierno entrante discutía qué hacer con Oportunidades. En ese momento, Rosario Robles, quien era la secretaria de Desarrollo Social, fue invitada por El Universal para entrevistarse con ocho colaboradores (articulistas), consultores y académicos de diversas instituciones.

La periodista Mariana León Medina construyó una nota con los principales resultados de la entrevista colectiva, en la que incluyó párrafos textuales (entrecomillados) de las respuestas de Robles. La nota permite analizar algunos elementos de la visión de los hacedores de la política pública frente a la pobreza y del lugar que otorgan a los pobres en un esquema de reforma.

La Tabla 10 muestra que en esta nota el nosotros corresponde al Gobierno de Peña Nieto como evaluador del programa Oportunidades y de su futuro, en conjunción con instituciones financieras internacionales (como el BID y el BM) y académicos de la UNAM. Los pobres son ellos, a quienes se imputa desear mantenerse permanentemente en el programa.

Tabla 10 Casillero ideológico de la entrevista 43 "Oportunidades, en fase de rediseño: Rosario Robles"
Nosotros (nuclear) Nosotros (extenso) Ellos
Nuevo nosotros
(Gobierno) Quienes
pensamos, reflexionamos,
rediseñamos las acciones
frente a la pobreza
Con quienes se
está rediseñando
el programa
Oportunidades
La gente, los pobres
que continúan (o
pretenden continuar)
en el programa
Oportunidades

La entrevista aporta la posibilidad de analizar cómo se construye la política pública frente a la pobreza, cómo se evalúa y con quiénes plantea aliarse el Gobierno para rediseñarla, y también muestra el ausente rol de los pobres en este proceso. Puede incluso señalarse que estos aparecen como un obstáculo para una reingeniería más adecuada y eficiente del programa.

La Tabla 11 presenta las estructuras semánticas contenidas en la entrevista colectiva, que expresan una distancia entre los funcionarios del Gobierno y los pobres dependientes, quienes hipotéticamente requieren incentivos para dejar los subsidios y salir del padrón del programa.

Tabla 11 Estructuras semánticas de la nota "Oportunidades, en fase de rediseño: Rosario Robles"
Estructura
semántica
Los pobres (ellos) Los no pobres (nosotros)
Temas negativos
y positivos
Familias pobres que
“viven eternamente en
Oportunidades”, sin
incentivos adecuados para
salir del programa y dejar
de recibir subsidios
El Gobierno de Peña
Nieto, que aparece como
capaz de identificar
salidas a la pobreza (tema
positivo) y de revertir los
límites de las anteriores
administraciones
que apostaron a las
transferencias monetarias
(tema negativo)
Nivel de
descripción
Los pobres son presentados
como dependientes
de subsidios, apoyos,
transferencias monetarias,
programas, y también
como posibles votantes en
caso de satisfacción por los
resultados de las políticas
gubernamentales
El Gobierno reflexiona
rediseña, dialoga con
instituciones, realiza
esfuerzos de articulación,
tiene capacidad bastante
limitada para manipular
electoralmente los
programas, instruye para
no condicionarlos, puede
solucionar la pobreza
Presuposiciones Se supone que la inclusión
productiva, los proyectos
productivos y el ingreso
proveniente del trabajo
son el camino adecuado
(”la única posibilidad")
para dejar la pobreza. No
se plantean los problemas
estructurales asociados
al ingreso (insuficiente)
de los pobres, ni se
problematiza (más allá de
la inclinación de los pobres
a la dependencia) por qué
algunas familias siguen
durante quince años en el
padrón de Oportunidades
El conjunto capaz de
reflexionar y rediseñar
las acciones frente a la
pobreza está integrado por
el Gobierno, instituciones
financieras (BID y BM)
y académicos (UNAM)
(nosotros extenso). En
el nosotros nuclear,
la fuerza está en la
Secretaría de Hacienda
“porque en su mano está
el tema de la pobreza”.
La sociedad acompaña el
replanteamiento que hace
el Gobierno
Denominación Se subraya la diferencia
entre los pobres
dependientes (malos) y
los que dejan la pobreza,
salen de los programas
gubernamentales y
encuentran trabajo o
actividades productivas
(buenos)
Diferencia entre
Gobiernos creyentes
en las transferencias
monetarias, no eficientes
(se menciona el aumento
en el número de mexicanos
en marginación), y el
Gobierno con enfoque
productivo, centrado en
la generación de ingresos
productivos y del trabajo
Predicación A los pobres dependientes
se les atribuyen características
claramente negativas; y
a los pobres que obtienen
trabajo, características
positivas: el trabajo “en
términos de autonomía y
de dignidad es lo mejor”.
Implícitamente, recibir
transferencias no es un buen
camino para la autonomía y
dignidad
Las características
atribuidas al Gobierno
son en su mayor parte
positivas (reflexivo,
articulador, dialogador, no
condicionante, con poder
de resolver la pobreza);
también se le adjudican
atributos negativos (la
inercia burocrática y las
equivocaciones de otras
administraciones)
Modalidad La posibilidad, el riesgo, es
que los pobres se conviertan
en dependientes del
Gobierno y que no trabajen
Por una parte, se
menciona la necesidad
de rediseñar las acciones
frente a la pobreza
(para romper con la
dependencia); por otra,
la probabilidad de que
la economía crezca y la
distribución del ingreso
sea más equitativa
Agencia Además del riesgo de que
los pobres se conviertan
en agentes negativos
(dependientes sin trabajo),
se les convierte en meros
objetos cuando se pretende
rediseñar los programas.
La agencia positiva de los
pobres se circunscribe a que
trabajen para graduarse
y dejar el padrón de
Oportunidades
Sea afirma que el Gobierno
actual realiza un “esfuerzo
titánico” para “alinear
los esfuerzos” y trabajar.
La agencia principal se le
confiere al secretario de
Hacienda, aunque también
se subraya la agencia
rediseñadora de la propia
Secretaría de Desarrollo
Social

Situados en el ámbito de la cuestión social, la Tabla 11 permite observar que la entrevista analizada reafirma el predominio del paradigma de la focalización en la perspectiva gubernamental sobre las políticas sociales. La entrevistada se propone como reformadora de las acciones públicas, pero lo hace con elementos clave del paradigma de la focalización: subraya que los pobres deben ser objeto de apoyos sólo temporales, fundamentalmente productivos, y considera que la distorsión de los subsidios se debe a los pobres mismos y a incentivos erróneos: los incentivos han funcionado para que los empadronados no salgan del programa, y hay familias que viven eternamente en Oportunidades.

Por otra parte, cuando se subraya que es mejor que el ingreso provenga del trabajo de la gente, y que por ello se requiere apoyar la inclusión productiva, implícitamente se señala la falta de trabajo entre los pobres como una deficiencia de estos, mientras que no se cuestiona la insuficiencia de los ingresos obtenidos por los pobres, ni el predominio de empleos precarios e informales, con bajos salarios. Por ello, se les estigmatiza y se considera a los beneficiarios como una carga y un obstáculo para el rediseño de la política pública.

Otro elemento focalizador es el fortalecimiento del diseño y puesta en práctica de aspectos tecnocráticos de los programas sociales, entre otras cuestiones debido a la utilización de pruebas de medios rigurosas (Tabla 4). La entrevista muestra este enfoque tecnocrático: el rediseño de los programas excluye rotundamente la participación de los beneficiarios del programa. El potencial para enfrentar la pobreza se adjudica en parte a la Secretaría de Hacienda (sin especificar por qué), y se hace depender de un cambio de conducta de los pobres, que son narrados como pretendidamente renuentes a trabajar o ser incluidos productivamente. La agencia de los pobres incorporada en este esquema no está en su participación o exigibilidad de derechos, sino en su disposición a trabajar para salir pronto del programa, para graduarse de él.

Hallazgos y conclusiones

En general, se encuentra que el abordaje de la pobreza en el diario El Universal tiende de manera predominante a subrayar la perspectiva oficial gubernamental, aunque ocasionalmente se incluyen algunas visiones moderadamente críticas (especialmente de los articulistas). El tema de la pobreza se circunscribe al ámbito rural: los pobres tienden a ser presentados como campesinos e indígenas, y hay muy poca presencia de la pobreza urbana.

Por otra parte, habitualmente no se les reconoce agencia a los campesinos e indígenas pobres para resolver su propia situación; se les presenta como carentes de voz propia, como meros objetos sociales, pasivos, manipulables, víctimas y vulnerables, y cuando se les concibe como actores significativos en la vida social, se les confiere una agencia negativa vinculada con actividades criminales. En este sentido, los pobres son vistos como amenazantes para la seguridad pública.

En términos particulares, en los tres casos seleccionados para el análisis, los resultados del ACD sobre la pobreza en el diario El Universal son los siguientes:

  • Los pobres son presentados como una amenaza para la seguridad de los no pobres; son exhibidos como portadores de características negativas (ignorantes, mentirosos, desesperados, criminales, potenciales migrantes peligrosos) y como una carga para la sociedad, pues se describen como dependientes de los programas gubernamentales, sospechosos de intentar vivir de los subsidios públicos y no de su propio trabajo y responsabilidad personal.

  • Los pobres no son vistos como derechohabientes ni como capaces de participar en el diseño de las acciones públicas, aunque excepcionalmente son concebidos como capaces de criticar la manipulación de que son objeto a través de espectáculos políticos y mediáticos. Sin embargo, dicha crítica se presenta como restringida al incumplimiento de la promesas formuladas por algunas autoridades.

  • En contraste, los no pobres son caracterizados como seres racionales y modernos, capaces de autoprotegerse, mientras el Gobierno (y sus aliados) son mostrados como competentes para reflexionar, dialogar y rediseñar los programas de acción frente a la pobreza.

Todos estos hallazgos indican que en el diario El Universal predomina una visión sobre la pobreza que refuerza una construcción negativa sobre los pobres, que a su vez se articula con y refuerza el enfoque focalizado y neoliberal de las políticas sociales de los últimos treinta años. Esta mirada negativa coincide con antiguas tradiciones históricas que vinculan en tensión, por una parte, el desprecio y la sospecha hacia los pobres y, por otra, compasión y búsqueda de soluciones para remediar su situación (Paugman, Cousin, Giorgetti, y Naudet, 2017, pp. 275-276).

Después de este análisis, resulta evidente que la violencia simbólica ejercida en contra de los pobres utiliza los discursos no sólo institucionales, sino también periodísticos. La eficacia de estos mecanismos se hace patente en el análisis del caso de la familia Copca de la localidad semiurbana Huixmi, que tal como lo sugiere Bourdieu interioriza y acepta la violencia simbólica reproducida a través de las políticas sociales del Estado mexicano.

Finalmente, este trabajo hace patente la necesidad de reforzar la investigación sobre los discursos sobre la pobreza que circulan en los medios impresos, y seguramente en otros medios como la televisión, la radio y la televisión, porque en ellos se libra una lucha simbólica muy importante, que tiene repercusiones en las representaciones sociales sobre la pobreza que a su vez, como se ha visto, con frecuencia contribuyen a la reproducción de visiones negativas y estigmatizadoras acerca de la pobreza y de los pobres.